No sólo hemos perdido los valores, también los confundimos

Desde hace ya mucho tiempo, los argentinos venimos perdiendo los valores que nos hacían sentir orgullosos de pertenecer a esta tierra. Los símbolos patrios son parte de ellos. Parece que en los actos públicos nos da vergüenza entonar el himno, la escarapela está casi en extinción y nuestro símbolo máximo, LA BANDERA ARGENTINA, es prácticamente ignorada en las fechas patrias, al punto de que muchos organismos oficiales, escuelas, bancos (en especial los privados), entidades, comercios y domicilios particulares, no las tienen presentes.
Antiguamente casi todas las casas tenían portabanderas en sus frentes y ahora ver la enseña patria es una rareza, excepto que venga el mundial de fútbol.
Ahí sí, NOS BROTA LA ARGENTINIDAD y las vemos en casas, autos, motos y hasta en bicicletas (eso sí, mientras vayamos ganando).

Esta explosión de patriotismo no tiene nada de malo hasta que empezamos a confundir las cosas y a algunos les parece válido robar banderas para celebrar un triunfo futbolístico.
El 9 de Julio, Aniversario de nuestra Independencia, nuestra entidad que siempre embandera sus frentes para las fechas patrias, sufrió la sustracción de varias enseñas (mástil incluido) que seguramente terminaron en el festejo de Mitre y Obligado.

No es el valor económico lo que importa, lo que duele es que NUESTRA BANDERA pareciera ser un simple trapo de cotillón susceptible de ser robado para la ocasión.
Semejante falta de respeto al máximo símbolo patrio es una clara muestra de la confusión y falta de valores en que vivimos. ¿Será por eso que nos va como nos va?

Ojalá que mas allá del resultado deportivo, el 17 de Agosto próximo, nuestra ciudad amanezca con cientos y porqué no miles de banderas honrando a nuestro prócer supremo, el Gral. José de San Martín.

 
Comisión Directiva
Centro de Comercio

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