Las ventas minoristas continuaron cayendo en mayo, y las cantidades vendidas por los comercios retrocedieron 7,1% frente a igual mes del año pasado. El consumidor se mantuvo más cauto que en abril, pero al mismo tiempo expectante de los próximos aumentos salariales.
Los movimientos alcistas del dólar informal hasta mediados del mes entorpecieron la demanda. Esto se sintió, sobre todo, en los comercios orientados al consumo de clase media y media-alta, donde por momentos la venta parecía detenida. Pero hacia las últimas dos semanas, y ya con la plaza cambiaria más acomodada, se notó mayor afluencia de público en calles y comercios, lo que alienta a pensar que podrían venir meses mejores si cesan los ruidos financieros. Hubo mucha compra con tarjeta, aunque los comercios detectaron más rechazos por exceso de límites o falta de pago que en meses previos, lo cual da cuenta de algunos problemas de liquidez en las familias.

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